Los tratamientos estrella en las Terapias Regenerativas: el Plasma Rico en Factores de Crecimiento y el Tratamiento con Células Madre.
Cuando un tejido recibe una agresión o sufre un daño, se ponen en marcha mecanismos de autodefensa que integran la reparación tisular, y que tienen como objetivo restaurar la integridad del tejido lesionado para restablecer la función de la región dañada.
Un gran número de complicaciones médicas y quirúrgicas se deben a mecanismos de reparación insuficientes o defectuosos. Conseguir una reparación rápida y eficaz que permita integrar al paciente a su vida normal, es el objetivo de estas terapias biológicas.
Los factores de crecimiento (FC) son proteínas que regulan los procesos clave de la reparación tisular y que ejercen diversos efectos sobre el crecimiento celular, metabolismo, locomoción, contractilidad y diferenciación celular, que son esenciales para la reparación de los tejidos. Son secretados por muchos tipos celulares como una función basal o de respuesta a un desafío, pero, sobre todo, lo son por las plaquetas. Hay al menos 7 tipos diferentes de factores de crecimiento, cada uno tiene una acción concreta.
Las plaquetas (células que taponan las heridas evitando el sangrado) que invaden con prontitud las regiones adyacentes a un tejido lesionado, son ricas portadoras de factores de crecimiento. Estos son liberados desde unos pequeños gránulos que hay en su interior, y se convierten así en potentes iniciadores de la cascada de acontecimientos que dirigen a la curación, difundiéndose rápidamente desde el lugar de la lesión. Son células cuya vida media es corta, alrededor de 7 días.
El plasma es la porción líquida de la sangre. Es el medio en el que flotan las células sanguíneas, además de otras sustancias tanto orgánicas como inorgánicas. El peso del plasma de una persona de 70 kg, es de unos 3,5 kg.
Los tratamientos estrella en las Terapias Regenerativas: el Plasma Rico en Factores de Crecimiento y el Tratamiento con Células Madre.
Cuando un tejido recibe una agresión o sufre un daño, se ponen en marcha mecanismos de autodefensa que integran la reparación tisular, y que tienen como objetivo restaurar la integridad del tejido lesionado para restablecer la función de la región dañada.
Un gran número de complicaciones médicas y quirúrgicas se deben a mecanismos de reparación insuficientes o defectuosos. Conseguir una reparación rápida y eficaz que permita integrar al paciente a su vida normal, es el objetivo de estas terapias biológicas.
Los factores de crecimiento (FC) son proteínas que regulan los procesos clave de la reparación tisular y que ejercen diversos efectos sobre el crecimiento celular, metabolismo, locomoción, contractilidad y diferenciación celular, que son esenciales para la reparación de los tejidos. Son secretados por muchos tipos celulares como una función basal o de respuesta a un desafío, pero, sobre todo, lo son por las plaquetas. Hay al menos 7 tipos diferentes de factores de crecimiento, cada uno tiene una acción concreta.
Las plaquetas (células que taponan las heridas evitando el sangrado) que invaden con prontitud las regiones adyacentes a un tejido lesionado, son ricas portadoras de factores de crecimiento. Estos son liberados desde unos pequeños gránulos que hay en su interior, y se convierten así en potentes iniciadores de la cascada de acontecimientos que dirigen a la curación, difundiéndose rápidamente desde el lugar de la lesión. Son células cuya vida media es corta, alrededor de 7 días.
El plasma es la porción líquida de la sangre. Es el medio en el que flotan las células sanguíneas, además de otras sustancias tanto orgánicas como inorgánicas. El peso del plasma de una persona de 70 kg, es de unos 3,5 kg.
Se realiza una extracción de sangre al paciente, similar a la que se requiere para una analítica normal. Lo habitual es el llenado de 4 tubos de 8 ml, pero dependiendo de las localizaciones que haya que infiltrar, se pueden llegar a usar hasta 8 tubos en un solo proceso.
A continuación, se realiza la fase de plasmaféresis, es decir, se colocan los tubos de sangre extraída en una centrifugadora, que será la encargada de separar las células sanguíneas. Las células rojas y blancas son más grandes y pesadas que las plaquetas, por eso, una vez finalizado el proceso de centrifugado, las plaquetas, de color amarillo, quedan arriba, y el resto queda en el fondo del tubo. La cantidad de plaquetas obtenida puede llegar a ser 60 veces superior a la que hay normalmente en el torrente circulatorio.
La parte más cercana al borde del tubo, es pobre en factores de crecimiento, y la más enriquecida es la que queda en el límite entre las plaquetas y la zona roja. Es por eso por lo que, de forma meticulosa, hay que aspirar la parte más enriquecida, desechando la más pobre.
Una vez aspirada la parte más rica, se deben activar las plaquetas añadiendo cloruro cálcico. Éste actúa como un gatillo, poniendo en marcha el proceso reparador.
Se infiltra en la región a tratar. El 70% de los factores, se activan en el lugar de la inyección a los 10 minutos. El 100% lo hará cumplida la primera hora. A los 7 días aún se puede apreciar capacidad de reparación en el lecho infiltrado.
La administración de plasma rico en factores de crecimiento, obtenido mediante un sencillo procesamiento de una pequeña cantidad de sangre extraída al paciente, tiene múltiples indicaciones en diferentes especialidades. Las fracturas; las heridas; las úlceras diabéticas, por decúbito ó vasculares; roturas tendinosas, lesiones musculares…son indicaciones ampliamente documentadas en múltiples publicaciones científicas en las que se avala el papel positivo de los factores de crecimiento para estimular la reparación y acelerar los procesos que culminan con la curación del tejido lesionado. Sobre todo si estas enfermedades comprometen la reparación (diabetes, inmunodepresión, envejecimiento…) es mayor su eficacia.
El mayor efecto se logra cuando se ha infiltrado el plasma rico en factores de crecimiento dentro de las primeras 48 horas tras la producción de la lesión. Entre las principales indicaciones, en nuestra especialidad, se enumeran:
Arriba, imagen de Pseudoartrosis infectada de fractura de húmero en paciente de 65 años diabético, fumador y con otras comorbilidades. En un primer tiempo se limpió la zona de pseudoartrosis, se tomaron muestras para cultivos y se colocó un clavo con cemento con antibiótico para erradicar la infección. En un segundo tiempo, con la infección curada, se realizó una nueva síntesis con aporte de injerto, matriz ósea desmineralizada y células madre. La fractura se unió con la nueva síntesis y el aporte de todos estos factores biológicos.
Sus indicaciones principales son las necrosis de los tejidos, para regenerarlos, o las pseudoartrosis de los huesos. Hay estudios preliminares para regeneración del disco intervertebral y en artrosis, sólas, inyectadas, o en combinación con otros factores. Leer más
Las indicaciones principales son las lesiones tendinosas o fasciales crónicas o agudas, las lesiones musculares, las lesiones degenerativas articulares o los puntos de dolor miofascial. Leer más
Indicada en trastornos tan diversos como la epicondilitis, tendinitis, fascitis plantar, entesopatías crónicas, calcificaciones de hombro, fibrosis musculares postraumáticas, o retardos de consolidación de las fracturas. Leer mas
La Proloterapia estimula a nuestro sistema inmunológico para que alivie la zona dañada. Se trata de una terapia segura y no tiene contraindicaciones, produciendo una respuesta reparadora por parte del organismo tras cada aplicación. Leer más
Se usa para reducir o eliminar el dolor de lesiones nerviosas como las que ocasiona el Neuroma de Morton, las lesiones de nervios tras la cirugía, atrapamientos nerviosos, cicatrices dolorosas, como los queloides, e incluso, en hiperqueratosis plantares dolorosas. Leer más